Escrito por Clara Santos Melo
Para el Insituto de Justicia Procesal Penal
Como cada año al iniciar junio, principalmente en la Ciudad de México, comienzan a ondear las banderas arcoíris en diversos establecimientos e instituciones como una supuesta muestra de apoyo a las personas LGBTI+ [1], dando la bienvenida al festejo del orgullo. Lo cierto es que cada vez pareciera desdibujarse más el origen conmemorativo y de reivindicación que supone este mes para los derechos de las personas de la diversidad sexual.
Para constatar lo anterior basta con indagar sobre la realidad cotidiana de dichas personas el resto del año, escribiendo en el navegador expresiones como «Gays México» o «LGBTI México»: Los resultados más recurrentes son lugares turísticos, productos de consumo, antros, vida nocturna y, enfáticamente, casos de discriminación y violencia, incluso a niveles extremos, como asesinatos.
Ante una realidad tan contrastante surge el cuestionamiento sobre cómo pueden convivir discursos de inclusión y respeto a personas LGBTI+ en un país que sigue siendo catalogado como el segundo en América Latina [2] con mayor número de crímenes de odio hacia las personas de la diversidad sexual. El asunto crucial pendiente es quizás el acceso a la justicia para las personas LGBTI+.
¿Cómo pueden convivir discursos de inclusión y respeto a personas LGBTI+ en un país que sigue siendo catalogado como el segundo en América Latina [9] con mayor número de crímenes de odio hacia las personas de la diversidad sexual?
Este supone la posibilidad de que toda persona acuda al sistema previsto para la resolución de conflictos y la vindicación de sus derechos [3], siendo necesarios legislación, medios y herramientas materiales de protección frente a actos de violencia que permitan de forma idónea investigar, sancionar y reparar las violaciones denunciadas de forma sencilla, rápida e imparcial [4], especialmente en casos que involucren a las personas LGBTI+, de manera no discriminatoria, previniendo la impunidad.
Si bien el gran problema es la impunidad sistémica y estructural que aqueja el país, en los casos en donde las víctimas son personas LGBTI+ se acentúa [5] y es en sí misma una forma de discriminación para el acceso a la justicia.
Por más banderas arcoíris que ondeen en la capital del país, la espiral de violencia a la que está sometida diariamente esta población crea un ambiente propicio para su exclusión [7], lo cual, aunado a la ausencia de respuesta institucional para erradicar la discriminación, propicia que las personas de la diversidad sexual parezcan condenadas a un ciclo eterno de masacres, de matanzas, de redadas que se suman a la larga lista de crímenes que hasta la fecha siguen demostrando lo poco (o realmente lo mucho) que valemos para nuestro gobierno (lo que vale nuestro dinero a costa de nuestra propia vida) [8].
Pese a todo, con el orgullo que representa nuestra diversidad, varias personas LGBTI+ seguiremos luchando para exigir que las autoridades mexicanas cumplan sus obligaciones frente a nuestros derechos, especialmente de acceso a la justicia. Hasta que el orgullo signifique justicia para todas las personas, todas las familias, todas las identidades, todos los derechos, ¡ni un paso atrás!
[1] Utilizo el acrónimo LGBTI+ como muestra de la no taxatividad en la gama de identidades de género y orientaciones sexuales diversas
[2] Fernanda Payán, «México: uno de los países con más asesinatos por homofobia», Homosensual, febrero 7, 2019 [consultado en junio 13, 2019], disponible en: https://www.soyhomosensual.com/lgbt/mexico-uno-de-los-paises-con-mas-asesinatos-por-homofobia/
[3] Véase: Ventura Robles, Manuel, «La jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en materia de acceso a la justicia e impunidad», para el Taller regional sobre democracia, derechos humanos y Estado de derecho, San José: Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, 2005 [consultado en junio 13, 2019], disponible en: http://www.corteidh.or.cr/tablas/r31036.pdf
[4] CIDH, «Avances y desafíos hacia el reconocimiento de los derechos de las personas LGBTI en las Américas», OEA/Ser.L/V/II.170, Doc. 184, diciembre 7, 2018. párr.190
[5] UN. Human Rights Council, «Informe del Experto Independiente sobre la protección contra la violencia y la discriminación por motivos de orientación sexual o identidad de género. Promoción y protección de todos los derechos humanos, civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, incluido el derecho al desarrollo», mayo 11, 2018, A/HRC/38/43, párr. 33
[6] CIDH, «Situación de los derechos humanos en México», OEA/Ser.L/V/II, Doc. 44/15, diciembre 31, 2015, párr. 63 y 485
[7] OEA, «No dejar a ninguna persona LGBT atrás. Día internacional contra la homofobia, la transfobia y la bifobia», comunicado, mayo 17, 2018 [consultado en junio 14, 2019], disponible en: https://www.ohchr.org/sp/NewsEvents/Pages/DisplayNews.aspx?NewsID=23092&LangID=S
[8] Véase: Eriko Stark, «Las masacres y los asesinatos de nuestra comunidad», mayo 1, 2019 [consultado en junio 14, 2019], disponible en:https://erikostark001.wordpress.com/2019/05/01/las-masacres-y-los-asesinatos-de-nuestra-comunidad/
[9] Fernanda Payán, «México: uno de los países con más asesinatos por homofobia», Homosensual, febrero 7, 2019 [consultado en junio 13, 2019], disponible en: https://www.soyhomosensual.com/lgbt/mexico-uno-de-los-paises-con-mas-asesinatos-por-homofobia/